Estambul, una ciudad milenaria

Bizancio, Constantinopla y Estambul son los tres nombres que ha tenido esta ciudad a lo largo de su historia. Hoy es la más grande de Turquía y una de las principales de Europa, y es la única de todo el mundo que se sitúa entre dos continentes, siendo ésta su principal peculiaridad, pero no la única. El Bósforo es el estrecho que separa ambas partes, la europea de la asiática.

Napoleón dijo que “si la tierra fuese un único Estado, Estambul sería su capital”, lo que nos hace ver lo imprescindible de esta perla situada entre dos mundos. EN 1985, la UNESCO declaró a Estambul Patrimonio de la Humanidad. Las visitas ineludibles comienzan con la Mezquita de Solimán el Magnífico, una de las más bellas y famosas. Fue mandada construir por Solimán primero, y está coronada por cuatro magníficos minaretes que recuerdan que éste fue el cuarto sultán desde la conquista de Estambul por parte de los otomanos.

Muy cerca de la Mezquita se encuentra el Hipódromo romano, dentro del cuál puede verse, entre otras obras de arte, un auténtico obelisco egipcio traído aquí durante el Imperio romano. El hipódromo estuvo en uso durante más de mil años. Pero entre todos los monumentos destaca Santa Sofía, el momento cúspide del arte bizantino.

Hoy en día es un museo, pero es un edificio cargado de espiritualidad. Además, es la cuarta iglesia del mundo con un área cubierta más grande, tras San Pablo (Londres) San Pedro (Roma) y el Duomo (Milán). En su interior, destacan los mosaicos de vidrio con escenas bíblicas.

Justo enfrente, se encuentra el Palacio de Topkapi, que fuera residencia de los sultanes otomanos. Tiene cámaras del tesoro y alberga el Museo de Antigüedades con el sarcófago de Alejandro Magno, así como el Museo de Cerámica Turca, el Museo del Antiguo Oriente y otras colecciones de arte. También es muy famosa la Mezquita Azul, es la única de toda Turquía con seis minaretes, y para su construcción se utilizaron 21.043 azulejos  hechos en los talleres de Totkapi.

Además, la ciudad ofrece un ritmo de vida muy acelerado y moderno, con sus cafés, sus sishás, el gran Bazar... Se puede realizar un crucero por el Bósforo, visitar las cercanas Islas Príncipe, disfrutar de los famosos baños turcos... Incluso es conocido su festival de música en verano, que se celebra en la fortaleza de Rumeli Hisari, un auténtico castillo del siglo XV que, os vais a sorprender, se construyó en sólo cuatro meses.